En sus conclusiones de junio, el Consejo Europeo aprobó un nuevo consenso acerca de los impuestos especiales sobre el tabaco. Los Estados miembros sugieren cambios en las reglas que aumentarían el precio del tabaco. Estas afectarían igualmente a los productos que no son de tabaco, como los cigarrillos electrónicos, escribe Bill Wirtz.
Desde 2011, la Unión Europea (UE) ha tenido un impuesto especial mínimo común sobre los productos de tabaco. Esto aumentó notablemente el precio de los cigarrillos en los países europeos donde los precios son comparativamente bajos. Los países vecinos con mayores impuestos afirmaban que las compras transfronterizas estaban perjudicando sus objetivos de salud pública. Por ejemplo, los viajeros alemanes compran tabaco en Luxemburgo, ya que el precio es más bajo que en sus tiendas locales.
La propuesta y los productos sin tabaco
Ahora que la directiva de 2011 no ha producido los beneficios que algunos Estados miembros esperaban o, más plausiblemente, ya que no ha producido la cantidad de ingresos fiscales que los Estados miembros necesitan en la situación económica actual, les gustaría una revisión. Sin embargo, esta revisión no solo se dirige a productos de tabaco convencionales como cigarrillos, tabaco, shisha o cigarros y puros. Por primera vez, el Consejo Europeo solicita que los productos no relacionados con el tabaco también se incluyan en la directiva sobre consumo de tabaco. Esto hace difícil que los Estados miembros sostengan que el objetivo es la salud pública y no la reducción del déficit fiscal. El equivalente lógico de esta medida sería clasificar una bebida no alcohólica como una alcohólica.
Los cigarrillos electrónicos y los dispositivos sin combustión son alternativas viables para los consumidores de productos de tabaco convencionales. Sabemos que, aunque no es inofensivo, el vapeo es un 95% menos dañino que fumar cigarrillos. Según toda lógica disponible, los gobiernos deberían alegrarse de la prevalencia de estas alternativas. Sin embargo, el Consejo Europeo concluye que «es urgente y necesario actualizar el marco regulatorio de la UE para abordar los desafíos actuales y futuros con respecto al funcionamiento del mercado interno mediante la armonización de las definiciones y el tratamiento fiscal de los nuevos productos (como líquidos para cigarrillos electrónicos y productos de tabaco calentado), incluidos los productos que, contengan o no nicotina, sustituyan al tabaco, para evitar la incertidumbre legal y las disparidades regulatorias en la UE».
Agregar impuestos especiales a los productos de riesgo reducido envía a los consumidores un mensaje equivocado. Les dice que estos productos son tan riesgosos como los cigarrillos. La investigación en Estados Unidos muestra que un aumento del 10% en el precio de productos de vapeo resulta en un aumento del 11% en la compra de cigarrillos.
Efectos de la regulación
¿Qué tan en serio toman los Estados miembros de la UE la salud pública si su método de prevención es elevar la carga fiscal a los consumidores? Los cigarrillos electrónicos son una cosa, pero tampoco debemos ilusionarnos con la idea de que gravar más los cigarrillos es bueno para alguien.
Las propias conclusiones del Consejo reconocen que Europa se enfrenta a una ola de tráfico ilícito de tabaco y pide más soluciones para combatirlo. El comercio ilegal está correlacionado con el aumento de las cargas impositivas. Al gravar a los hogares de bajos ingresos con los cigarrillos, que siguen siendo un producto legal, los estamos empujando al mercado negro. Allí los elementos criminales se benefician de la mala gestión de la salud pública.
Con una falta de control de calidad, estos humos ilegales son una amenaza mucho más endémica para la salud del consumidor. Además, los ingresos por la venta de estos cigarrillos benefician al terrorismo internacional. El Centro francés para el análisis del terrorismo demostró que las ventas ilícitas de tabaco financian el 20% del terrorismo internacional. Organizaciones como el IRA, Al-Qaida e ISIS financian sus actividades de esa manera.
Los cambios sugeridos por el Consejo Europeo a los impuestos especiales sobre el tabaco son contraproducentes para los objetivos de salud pública; están destinados a reducir las opciones y la salud de los consumidores. Necesitamos analizar los cambios en las reglas no solo según sus intenciones; debemos observar sus posibles resultados.
Bill Wirtz es periodista y analista senior de políticas del Centro de Elección del Consumidor.
Este artículo fue tomado de https://www.eureporter.co/frontpage/2020/07/09/new-eu-rule-changes-would-mean-bad-news-for-smokers-and-vapers-alike
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